Sergio Mendoza / La Paz
En esta historia las víctimas tienen nombres ficticios. Antes de que llegaran ante el yatiri para que leyera su suerte y le dijera a la madre qué ocurría con su hija, Carmen, una muchacha de 11 años, rompió en llanto y declaró que su padrastro la violó varias veces desde que ella tenía ocho. Durante esos tres interminables años calló por temor a que si contaba lo que ocurría su agresor las echara a la calle.
me parece.. que es uno de los problemas mas delicados de la sociedad y el callar pensamos que hace bien me parece bien informarnos sobre esta realidad, que pasa todo los dias
ResponderEliminar